La etiqueta.
Tema, resumen y esquema organizativo.
Cuando el chaval dice que quiere comprarse un
pantalón, no es un pantalón lo que quiere comprar, sino una etiqueta.
El buen padre y la buena madre acuden con el chaval a
las tiendas de juventud y no salen
de su asombro. Observan detenidamente los géneros, los sopesan, los palpan y
jurarían que aquellas telas son las mismas que se ponían los labradores 20 años
atrás para regar sus huertas y los pastores para cuidar las cabras en el monte.
Sin embargo a los chavales eso les trae sin cuidado. El pantalón que quieren comprarse
los chavales no tiene nada que ver con texturas ni con urdimbres ni con
aprestos. Lo importante
es la etiqueta. No una etiqueta cualquiera, sino la que debe ser; que luzca destacada sobre
las posaderas, pues constituye el signo distintivo de su cabal integración en
el grupo.
Que luego el pantalón
sea un trapo o tenga agujeros es igual. Mejor dicho; debe tener agujeros y ser
un trapo. Los chavales modernos repudian toda manifestación de elitismo,
abominan de aquella sociedad hipócrita y caduca en la que sus padres, entonces
jóvenes (si es que a los padres se les concede la merced de haber sido jóvenes
alguna vez), disfrazaban su verdadera naturaleza y condición vistiendo ropas
bien confeccionadas, planchadas y limpias, si había con qué comprarlas (que no
solía haber, por cierto).
Los chavales, que
desprecian aquellos prejuicios burgueses, se han rebelado contra la dictadura
de la pulcritud y el aseo, y desarrollan su personalidad vistiendo de mendigos.
En realidad visten todos iguales y parece el uniforme; por el precio de ese
uniforme, los mendigos verdaderos comerían una semana, y encima van anunciando
gratis al fabricante con la etiqueta pegada al culo. Pero así es como se
sienten libres, ¡libres! Angelitos míos.
El texto, objeto de nuestro comentario, tiene como tema esencial la mala
calidad de la ropa que adquieren los jóvenes. El autor hace hincapié en la
actitud de la mayoría de los jóvenes que compran la ropa por la marca, sin fijarse
en su calidad o en el precio.
En resumen, el periodista
reflexiona sobre la costumbre de los jóvenes que compran la ropa ateniendo únicamente a una etiqueta
y no se fijan en la calidad de la prenda ni en su precio. Sus padres advierten
de que esa ropa era la misma que
llevaban los labradores antiguamente, pero a ellos eso les tiene sin cuidado,
ellos repudian la sociedad burguesa y prefieren ir como mendigos. No se dan
cuenta de que la ropa es de calidad pésima porque creen que la ropa es un signo
distintivo de libertad que les permite sentirse copartícipes de su círculo de
amistades.
En cuanto a la
estructura textual, nos encontramos ante un texto organizado en cinco párrafos.
El primer y el segundo párrafo nos introduce en el
tema, en este caso, el autor se fija en cómo actúan los jóvenes cuando compran
ropa –en concreto- un pantalón, únicamente se detienen en la etiqueta. Esa actitud exaspera a los
padres, pues ellos se dan cuenta de que la ropa es de mala calidad y la
comparan con la que utilizaban
los labradores cuando iban al campo.
El tercer, cuarto y
quinto párrafo desarrolla el tema e introduce el cuerpo argumentativo que
servirá al autor para, posteriormente, extraer la tesis, su punto de vista
sobre la cuestión
planteada. Según su experiencia a los jóvenes no les importa la calidad de la ropa, sino
la firma comercial, signo inequívoco de su integración en un determinado grupo.
Esta actitud es una garantía de su pertenencia a un grupo determinado, un signo
de rebeldía contra la sociedad burguesa. El autor les recuerda que está pagando
un precio desorbitado por una ropa de mala calidad e ironiza finalmente: los
jóvenes se creen libres llevando una prenda que, en realidad, los esclaviza y
anuncia al fabricante.
Esquema organizativo:
1. Los jóvenes únicamente se fijan en la etiqueta
cuando compran ropa.
1.1. Según sus progenitores se trata de una ropa de
mala calidad, la misma que usaban los labradores para ir al campo. (Parte de
una generalización que él considera indiscutible, se trata de un ejemplo de cómo actúan los jóvenes.
Compara la ropa con la de los
labradores).
2. Los jóvenes visten como méndigos por prejuicios
burgueses. (El autor vuelve a utilizar una generalización que él considera
indiscutible).
2.1. De este modo se sienten integrados en un grupo.
2.2. Por ese precio los mendigos comerían una semana.
3. Luciendo su etiqueta se sienten libres.
3.1. No lo son: son esclavos de una marca
publicitaria y anuncian gratis al fabricante. (La ironía del autor se hace
explícita en la tesis que cierra el texto).
Se trata pues de un texto expositivo-argumentativo.
El autor introduce el tema
de la obsesión por la ropa de marca de los jóvenes y, seguidamente, va
explicando con argumentos los
motivos erróneos de su comportamiento para, finalmente, instarles a que
abandonen una práctica que esclaviza tanto a ellos, como a sus padres, que
deben desembolsar grandes cantidades de dinero por una ropa de mala calidad. La
estructura es sintetizante, ya que la tesis aparece de forma explícita al final
del texto, cuando el autor dice: Pero así
es como se sienten libres, ¡libres! Angelitos míos.
Elementos de la
comunicación y funciones del lenguaje.
El emisor del texto es el
periodista, la persona que ha elaborado el artículo y lo ha publicado en un
periódico y, aunque desconozcamos quién es, intuimos que se trata de una
persona con una gran capacidad analítica, capaz de observar los comportamientos sociales
para, posteriormente, disociar, aquellos comportamientos parásitos e
inadecuados e instar al lector a
erradicarlos de sus prácticas habituales. Se dirige al lector
habitual del periódico, aunque, probablemente en este artículo los
destinatarios inmediatos sean los propios jóvenes y sus padres. Para ello
utiliza como canal, el papel, ya que el artículo ha sido publicado en
un periódico.
El mensaje no es otro que esa
crítica mordaz e irónica al comportamiento
irresponsable e inocente de unos jóvenes que no saben realmente que su actitud
está controlada por las marcas de moda que se apoyan en su ingenuidad para
venderles unos productos de mala calidad, mediante una serie de eslóganes con
mensajes subliminares que ellos asumen como signos distintivos de su grupo. El
autor emplea el código estándar, afín
al medio difusión –el periódico-, lo que
no impide que apele al lector,
con expresiones coloquiales - chaval, trapo, culo- o el uso de apelación
directa, el vocativo en un tono eminentemente irónico: ¡Angelitos míos! En
cuanto al contexto, el contexto de
enunciación (contexto lingüístico) es el periódico. El articulo emplea el tono apropiado y escribe con un estilo ágil.
Busca el equilibrio –brevedad e intensidad de las palabras-, algo necesario
cuando se tiene un espacio prescrito y conciso dentro de un periódico.
En cuanto al contexto social, es evidente que el
autor generaliza pues considera que la
mayoría de los jóvenes que adquieren ropa están
obcecados por la marca carísima de un producto que apela más a sus
necesidades afectivas que a la calidad de un producto.
En cuanto a las
funciones del lenguaje, aparece de forma patente y explícita la función
conativa, puesto que la finalidad última de los artículos de opinión es formar
la opinión del lector, de forma que reflexione sobre los comportamientos
sociales. Es evidente además que todo texto periodístico pretende informar al
lector, de ahí la presencia de la función representativa
o referencial que informa de cómo
actúan la mayoría de los jóvenes. El mensaje subliminar se concreta en el uso de la función expresiva
ya que el autor se implica en sus aseveraciones, por ejemplo, por medio del
inciso - si es que a los padres se les
concede la merced de haber sido jóvenes alguna vez-. Finalmente se observa
el empleo de la función
fática cuando el autor apela al
receptor del mensaje, en este caso, los jóvenes, a los que critica de forma
premeditada.
Mari Carmen Moreno Mozo
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